lunes, 12 de enero de 2015

Nº 1




Parece ser que éste invierno está bien visto salir con la manta a la calle, calentito, como en casa, espero que no sea el presagio de una futura tendencia que introduzca la legaña y los rulos como lo último de lo último. Desde luego el invento tiene su ventaja, y es que frío no vamos a pasar, pero claro luego va uno por ahí haciéndose la Massiel cuando sale de fiesta y se acaba olvidando de su refugio con tanto trajín, cómo me pasó a mi hace unas semanas en Stardust.

Total, que viniendo de comprar telas, como todo estudiante de moda, gitana con una boda o señora veterana del oficio, noto la desnudez de mi cuello y una luz se enciende en mi cabeza. Sin pensarlo dos veces me enrosco uno de los retales en el cuello y lo protejo, inspirado quizá por costumbres antiquísimas que consistían en vestir con el rectángulo de tela doblado y moldeado directamente sobre el cuerpo, sin cortes ni costuras, debido a su laborioso proceso de creación. Vamos que no fue idea mía, al fin y al cabo es muy difícil ser original e innovador en los tiempos que corren. 

En éstas fotos os muestro algunas posibilidades y el partido que podéis sacar a mantas y retales de tela, últimamente me está encantando la idea del turbante para hombre, pero si sois más sencillos el cuello es el mejor sitio y si tenéis creatividad a raudales seguro que se os ocurren mil y una formas de jugar con los tejidos antes de darles una mejor vida como prendas.






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